Mil años nos contemplan
La carne se convierte en polvo. El mismo polvo que respiramos cada día. Curioso que respiremos ese mismo polvo gracias al polvo que nos trajo al mundo, pero esa es otra historia. La cuestion és lo decrepito que és el resumen de una vida. Tan estupido y decrepito que buscamos una y otra vez velos para ocultar su putrfacción. Es cuestión de ir aumentando la dosis de perfume a medida que el cadaver empieza a oler mal.
Uno de los primeros sintomas es la alitosis. Es por la boca que empezamos a morir. Yo creía que estaba en fase terminal....hasta que empecé a tomar los caramelos de menta.
Todo dios toma caramelos. Todo cristo lucha contra el mal aliento. Entonces no era yo el único que se estaba muriendo, sino más bien que tardé un poco más d lo normal en reaccionar como el resto, es decir, ocultando mi putrefacción. No se trata del mal olor hormonal, sino del mal olor de algo que ya lleva un tiempoi funcionando y nos recuerda que somos unas maquinas que se oxidan a una velocidad más alucinante de lo que nos gustaría creer.
Pero no nos gusta. Cambiamos de dentadura por horror a nuestras própias limitaciones. Criamos abdominales luchando contra las curvas. Nos instalamos protesis para desafiar a la gravedad.....pero a todo esto...donde está la vida?
La hemos perdido en medio de esos billetes? de las grasas liposuccionadas? De las basuras en nombre de la imagen? O en los contaminados detritus de las plantas de reciclage?
Que más da más tarde o más temprano? Al final los huesos ceden...por muchas vigas que pongas a sostenerlos. Tan sólo depende de cuanto quieras aguantar en agonía...todo depende de cuanto creas en la farsa que has montado.
Uno de los primeros sintomas es la alitosis. Es por la boca que empezamos a morir. Yo creía que estaba en fase terminal....hasta que empecé a tomar los caramelos de menta.
Todo dios toma caramelos. Todo cristo lucha contra el mal aliento. Entonces no era yo el único que se estaba muriendo, sino más bien que tardé un poco más d lo normal en reaccionar como el resto, es decir, ocultando mi putrefacción. No se trata del mal olor hormonal, sino del mal olor de algo que ya lleva un tiempoi funcionando y nos recuerda que somos unas maquinas que se oxidan a una velocidad más alucinante de lo que nos gustaría creer.
Pero no nos gusta. Cambiamos de dentadura por horror a nuestras própias limitaciones. Criamos abdominales luchando contra las curvas. Nos instalamos protesis para desafiar a la gravedad.....pero a todo esto...donde está la vida?
La hemos perdido en medio de esos billetes? de las grasas liposuccionadas? De las basuras en nombre de la imagen? O en los contaminados detritus de las plantas de reciclage?
Que más da más tarde o más temprano? Al final los huesos ceden...por muchas vigas que pongas a sostenerlos. Tan sólo depende de cuanto quieras aguantar en agonía...todo depende de cuanto creas en la farsa que has montado.
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