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Spleen

Muerte entre bastidores

La vida es una gran obra de teatro. Se trata de una representación en la que todos tenemos un rol. Están los directores, los tecnicos, los espectadores y los actores. Todos se entremezclan, pero en todas las personas se pueden encontrar estos factores. Están los que miran y los que se exhiben. Pero los mismos espectadores son actores de su p´ropia ficción. Los voyeurs actúan para poder ver. Y los actores no dejan de ser el decorado del día a día del que son espectadores.
Luego están los directores, los que mueven los hilos. Los artístas són sus títeres. Les interesa que haya representación, pero también les gusta actuar. Su debilidad es la de la frustración como actores. Promueven vidas, pintan cuadros por la incapacidad de conseguirla. De la misma manera que la más normal de las personas interpreta el más extravagante de los roles.
Y también están los tecnicos. nada funcionaría sin ellos. Son esclavos de sus sueños. Maquinas de carne, espectadores de un producto que les pertenece pero sobre el que no ejercen poder. Funcionariado existencial. Són la fuerza desaprovechada y manipulada, la caricatura de la libertad.
Y todos se entremezclan. Los actores son tecnicos exhiubidores a la vez que espectadores de sí mismos y de su decadencia. Payasos que rien por no llorar. Cuanta muchas veces una mentira y acabarás por creertela. Winston quemó a voluntad aquello que demostraba su esclavitud.
Pasan pior delante de sus ojos. Y los espectadores son actores de sus vidas. Siguen el ejemplo de los actores y actuan, y también operan. Los espectadores de una sala són los tecnicos de la de al lado.
Pero también hay otro tipo de personaje. Un voyeur entre los bastidores. Extraño a los espectadores, no se rie con las comedias, ni llora con los dramas.Suele camuflarse entre los espectadores, pero no opera en otra sala, sino que se camufla entre los tecnicos. Rara vez es un actor, pero siempre hay excepciones.
Sómbrio rostro del que nadie se acuerda. No actua, no disfruta con lo que ve, y no trabaja. Es un parasito. Un mal bicho que provoca un mal karma entre la compañía. No interesa tenerlo cerca.
Cuando se encuentra a uno se intenta apartar. Acaso deisfrutas aplaudiendo cuando el espectador de al lado es inmune a los mismos arrebatos? Te sientes ridiculo, y cuando te sientes ridiculo...no estás comodo. El caballero de al lado te incomoda. Te ha hecho sentir debil, y tu no puedes serlo. Eres un respetable espectador. Si no le gusta la obra, que se vaya, pero que no venga a jorobar al resto.
Aún así, siguen habiendo de estos seres. pululando entre bastidores para crispación de los tecnicos y incomodidad del espectador. Los actores probarán de humillarlos, y los directores los miran con recelo. Que sorpresas puede deparar un ser así?
Inseguridad. La inseguridad que provoca el salirse del guión.
Los actores llevan máscaras y por ellos són personas. Pero ese engendro no es una persona. Qué és?
Porque no puede dejar de joder? Acaso no tiene suficiente personalidad para afrontar las cosas de cara y disfrutar del espectaculo?
Se mueven los hilos. Mal asunto si algún titere anda suelto.
Hay varios. Hay librarse de ellos.
caras grises se mueven. Sombras del spleen se despiertan.
Tú!!!
Sal de ahí!!!!
Esta noche habrá muerte entre los bastidores.

*Me gustaría volver a hacer teatro. Hice mal en dejarlo

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