A la caza de los artístas
Deberíamos acabar con tanto artísta que no hacemás que condenar al arte a un vergonzoso estado de mediocridad. Siempre el mismo problema: cuando aparece algo bueno y original, el mundo provee de farsantes a la escena para que se apoderen de la dignidad del hallazgo que, dilatado como un chiclé, acaba por perder todo su sentido, esencia y dignidad. Hablo en concreto de una gran ola de pretendidos artístas, pintores, poetas, músicos, fotografos, o cualquier otra derivación del concepto arte, que se hacen pasar por pretendidas sensibilidades apoyandose en los pocos conocimientos y dotes que poseen. Más triste es aún cuando mil estudiantes de diseño grafico se hacen llamar artístas. He visto más arte cortando carne al lado de mi casa que intentando explicarse a una autoproclamada artísta a la que le gustan mucho los "gatitos". Deprimente? Si. Donde están el peligro del arte? Lo transgresor, lo emotivo? No lo hay. Estamos rodeados de artístas pero abandonados del arte. No conmueve, no disgusta, no provoca, no reflexiona...arte asceptico, barato, publicitario, efectista... Todo bajo la máscara de una pretendida vida sensible... Sensibilidad. Todos somos sensibles y no por ello artístas. Mozart era un artísta. Celine era un artísta, Quevedo, Bukowski, Van Gogh, Velazquez, Rembrant, Goya, Dumas, Maupassant, Verlaine, Rimbaud, Miguel Anegel, Leonardo, Bethoven, Wagner, Henry Miller, Jack Nicholson, Charlie Chaplin, Groucho Marx, Houdini, Hugo, Sofocles, Cicerón, Boris Vian, Miles Davis... cada uno en su genero, en su época, pero eran buenos en lo que hacían, porque tenían talento y se lo tomaban en serio. Cada uno con sus exentricidades, cada uno con sus manías, sus demonios....pero cada uno con su bocado de originalidad y personalidad. Nada que ver con las legiones de artístas que leen a Dan Brown y que lloran de exagerada emoción al ver un Bosco simplemente porque les han dicho que es un genio. Nada que ver con evadirse de la responsabilidad. Becquer no escapaba, Goethe tampoco. Incluso Maupassant murió ahogado por sus própios demonios sin llorarles a moco tendido lo desgraciado de su condición de artísta.
Cazemos pues a aquellos que se autoproclaman sensibles para no tener que mocver un dedo en dirección al arte. Acabemos con escritores mediocres que se afirman como tales sin pasar de escribir telenovelas, acabemos con pintores sin ideas que se deidcan a insultar al lienzo, a nuestra sensibilidad y a nuestra inteligencia. Acabemos con músicos que se creen la reencarnación de Kurt Cobain sin ser más que un pobre diablo que se confunde tocar melodías con aplicar la norma pentatonica cada un dos por tres. Acabemos con profesionales que se abandonan a su oficio por la seguridad que les proporciona. Acabemos un poco con tanto ser mediocre que se escuda en una genialidad a su medida.
QAcabemos con todos y recobremos el placer de lo incorrecto, el placer de lo polémico. Una revolución sin sponsor. Ahorquemos a aquellos a quién por su mediocridad han colmado de premios para evitar que el resto nos desarrollemos. Acabemos de una vez por todas con lo que unos llaman arte, otros sociedad y ahora no es sino hipocresía. Que le dén un pulitzer a un columnista de la revista PlayBoy, entonces nos daremos cuenta de que ha habido un cambio...y no lo que no se cansan de repetirnos una y otra vez como la nueva revolución del arte...
Como siempre, sólo ha quedado la forma...sacrificandose para ello el fondo. Así que....acabemos con los artístas y que se acabe el "más de lo mismo".
Cazemos pues a aquellos que se autoproclaman sensibles para no tener que mocver un dedo en dirección al arte. Acabemos con escritores mediocres que se afirman como tales sin pasar de escribir telenovelas, acabemos con pintores sin ideas que se deidcan a insultar al lienzo, a nuestra sensibilidad y a nuestra inteligencia. Acabemos con músicos que se creen la reencarnación de Kurt Cobain sin ser más que un pobre diablo que se confunde tocar melodías con aplicar la norma pentatonica cada un dos por tres. Acabemos con profesionales que se abandonan a su oficio por la seguridad que les proporciona. Acabemos un poco con tanto ser mediocre que se escuda en una genialidad a su medida.
QAcabemos con todos y recobremos el placer de lo incorrecto, el placer de lo polémico. Una revolución sin sponsor. Ahorquemos a aquellos a quién por su mediocridad han colmado de premios para evitar que el resto nos desarrollemos. Acabemos de una vez por todas con lo que unos llaman arte, otros sociedad y ahora no es sino hipocresía. Que le dén un pulitzer a un columnista de la revista PlayBoy, entonces nos daremos cuenta de que ha habido un cambio...y no lo que no se cansan de repetirnos una y otra vez como la nueva revolución del arte...
Como siempre, sólo ha quedado la forma...sacrificandose para ello el fondo. Así que....acabemos con los artístas y que se acabe el "más de lo mismo".
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