Al otro lado del espejo...
Hace unos días se celebró la primera edición del Bread&Butter Barcelona. Tuve la ocasión de asistir como miembro de la prensa del sector y ser así testigo de como se ven las cosas desde el lado de los creadores, así como descubrir el porqué fuman los periodistas. Empezaré por el primer punto, que es meramente abnecdótico, y es que cuando te miman al extremo tienes ganas de encenderte un cigarrillo para emular el acto post-placentero cuando has acabado de follar. Tal vez esos fueron los mejores momentos de la feria: cuando me trataban como el periodista que era. Tenía razón Paul Marchand cuando decía que uno no busca a ser periodista sino que acaba siendolo. Tal vez tenía razón. Ahí estaba yo, discreto, apoyado en la pared, esperando a que empezase la rueda de prensa, con camareros continuamente dispuestos a servirme copas de cava (a las 11 de la mañana...) pasteles de chocolate y croissants, sin conocer a nadie y preguntándome qué diablos podría hacer... lástima que no fume (de momento) porque eso me habría permitido hacer algo diferente a encender el iPod como el adolescente marginado encendiendo el disc-man para evitar sentirse tan desencajado en el conjunto.
Hasta ahí la tentación tabacalera. Pasemos ahora a lo realmente importante: el mundo a través del espejo. Estar en la feria me permitió volver a contraer el sindrome de los reyes magos, llamado también el sindrome del desengaño o de la cruda realidad. Siempre que se entra en contacto con un medio del que, cual autenticos profanos, desconocemos su funcionamiento. Ahí estaban todas las marcas que había querido llevar en algún momento de mi vida (Draven, Oakley, Converse, Emily the Strange (sight...), North Point), así como otras que me eran demasiado familiares (vease Eastpack, Quicksilver, Dockers, Calvin Klein) y encuentros afortunados (CBGB & OMFUG, Fender, UMM, White Line). El caso es que en contacto con estas conseguí ver como se estaba moviendo todo: mucho ruido y pocas nueces, como siempre. Eso ya lo sabía, pero fue al entrar en contacto directo con ello cuando pude ver hasta que punto se llevaban estos extremos. Era un mundo de duendes que habían dejado de creer en los duendes, chicas de largas piernas, marcados pechos y vacías miradas, convencidas, en su convencimiento, de las convenciones allí convencionadas... O lo que es lo mismo: nada. pero no un a nada como las demás, aquello era una nada tan llevada al extremo que dejaba de ser nada para pasar a ser un tremendo absurdo. Lo que no quita que hubiese gente interesante. La ironía fue que los más interesantes no tenían dinero para que les interesase mi soporte, ni mi soporte estaba hecho para que ellos tubiesen cabida; sin embargo pienso que ellos fueron las mejores personas que pude en contrar allí. Coíncidían conmigo en las cuestiones que les planteaba respecto al festival... menudos eramos! Chicos antisistema totalmente absorvidos por él. Ello no quitó que tuviese que apretar los dientes frente a las exigencias y explicaciones de aquellos que SÍ tenían el dinero para apoyar a nuestra publicación. No voy ahora a justificar aquello en lo que he estado trabajando todos estos meses, pero sí que tengo suficientes apuntes como para llenar este espacio durante muchos meses...
Muerte a la moda!
Muerte a los Fashion!
Muerte a lo Cool!
Muerte a la gente guapa!
Hasta ahí la tentación tabacalera. Pasemos ahora a lo realmente importante: el mundo a través del espejo. Estar en la feria me permitió volver a contraer el sindrome de los reyes magos, llamado también el sindrome del desengaño o de la cruda realidad. Siempre que se entra en contacto con un medio del que, cual autenticos profanos, desconocemos su funcionamiento. Ahí estaban todas las marcas que había querido llevar en algún momento de mi vida (Draven, Oakley, Converse, Emily the Strange (sight...), North Point), así como otras que me eran demasiado familiares (vease Eastpack, Quicksilver, Dockers, Calvin Klein) y encuentros afortunados (CBGB & OMFUG, Fender, UMM, White Line). El caso es que en contacto con estas conseguí ver como se estaba moviendo todo: mucho ruido y pocas nueces, como siempre. Eso ya lo sabía, pero fue al entrar en contacto directo con ello cuando pude ver hasta que punto se llevaban estos extremos. Era un mundo de duendes que habían dejado de creer en los duendes, chicas de largas piernas, marcados pechos y vacías miradas, convencidas, en su convencimiento, de las convenciones allí convencionadas... O lo que es lo mismo: nada. pero no un a nada como las demás, aquello era una nada tan llevada al extremo que dejaba de ser nada para pasar a ser un tremendo absurdo. Lo que no quita que hubiese gente interesante. La ironía fue que los más interesantes no tenían dinero para que les interesase mi soporte, ni mi soporte estaba hecho para que ellos tubiesen cabida; sin embargo pienso que ellos fueron las mejores personas que pude en contrar allí. Coíncidían conmigo en las cuestiones que les planteaba respecto al festival... menudos eramos! Chicos antisistema totalmente absorvidos por él. Ello no quitó que tuviese que apretar los dientes frente a las exigencias y explicaciones de aquellos que SÍ tenían el dinero para apoyar a nuestra publicación. No voy ahora a justificar aquello en lo que he estado trabajando todos estos meses, pero sí que tengo suficientes apuntes como para llenar este espacio durante muchos meses...
Muerte a la moda!
Muerte a los Fashion!
Muerte a lo Cool!
Muerte a la gente guapa!
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MaLize -