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Spleen

El plan Ibarretxe

Cada vez que asisto a un despliegue de medios politicos en el parlamento tengo la mísma sensación de verguenza ajena, por todas las intervenciones en general y las catalanas en partícular. No me detendré mucho rato a comentar las vergonzosas intervenciones de mis paisanos, más "capficats" en hacer propaganda de su plan que en explicar el porqué de sus estúpidas decisiones, pero me pararé en un elemento en que todas y cada una de las intervenciones hicieron incapié: ley=nacionalismo. A alguien más le sorprende esta sentencia? A mí si. Eso es como decir: piedras=agua. Máximo uno puede pensar que hay piedras en el agua, pero hasta ahí la similtud. No es que me moleste hablar de nacionalidad pues soy el primero que se lanza a defender una españa federal, el problema es que ese debate no tenía nada que ver con el tema: se estaba hablando de la aprobación del plan propuesto por el señor Ibarrtxe y aprobado por el parlamento vasco en vitoria; pero a pesar de la sencillo del tema todos aprovecharon en soltar sus ideas respecto al nacionalismo, es decir, aprovecharon para, como se dice en tierras aragonesas, mear fuera de tiesto. Si la calidad de vida mejora, si hay mejoras sociales, economicas, culturales, si hay paz, si hay seguridad, si hay progreso... entonces...que más le da a la gente ser una cosa u otra? La identidad esgrimirá algún espabilado. Desde cuando la identidad, responderé yo, va más allá de lo que sientas en tu interior? Desde cuando la identidad es un escrito, un reconocimiento público, una imposición a punta de pistola o una artimaña política? Como catalán afirmo que estoy asqueado por la demagogia al respecto. Es vomitivo que esgriman la identidad cultural de uno como propaganda politica para tapar otros problemas reales. En fín, no voy a discutir sobre el tema pero las posturas de ambos lados son ihgual de estúpidas: es tan estúpido pensar que tenemos la mísma identidad como pensar que eso es una marca de distinción suficientemente profunda como para tener que entrar en conflicto por convivir. Con la diferencia no se dice que se sea mejor o peor, simplemente que se es diferente (deducción a lo Forest Gump que parece que ninguno de nuestros políticos ha sabido asimilar). Los que mejor hablaron fueron los representantes de Coalición Canaria y el partíco gallego (se me perdonará, espero, el olvidar las siglas) que aportaron unas dosis de cinismo, ironía y sentido común sobre el asunto. Zapatero hablo muy bien, aunque le faltó mostrar un poco de autoridad y hay que reconocer que incluso Rajoy habló con propiedad y sentido común, a pesar de múltiples fallos, un tono de autoridad pasada de rosca y un inicio y conclusión que habría hecho mejor en obviar. Aunque en total el conjunto fue preocupantemente flojo. De verdad estos payasos toman las decisiones? Mejor preocupemonos todos. Aún mejor...exilemonos.
Me gustaría recalcar, a modo de conclusión el triste empleo de los terminos izquierda y derecha. Parece que en ese parlamento nadie ha hecho un pensamiento interno sobre el significado de esas palabras. Estas vienen de las posiciones tomadas por los parlamentarios en las reuniones clandestinas en las pistas del jeu de la paumme: nobles y clerigos a la derecha y burgueses a la izquierda. Donde están los obreros? En ninguna parte: nadie los respresentaba. Y donde están los nobles en la actualidad? Yo no veo a ninguno en politica. Porqué entonces una ferrea discriminación entre izquierda y derecha cuando no sabemos bien bien que encasillar en esos conceptos? No sería más inteligente premiar una pistura liberal en vez de andarnos con tantas hipocresías historicas? No. A la gente le gustan los ismo: o estas en un bando o estás perdido. Por eso mismo los pocos partidos liberales han sido eliminados: no convenían. Y donde está el equilibrio a todo esto? Donde esta ese bonito concepto del justo medio? A tomar por culo: las elecciones son pasionales en este país: que la gente se mueva en terminos arcaicos y sin significado definido es la prueba (entre otras muchas, claro está). Que se muevan con pasiones dignas de la terreur francesa, que mientras se prouzcan espectaculos semejantes en el parlamento no podremos siquiera a soñar en justicia o libertad.

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