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Spleen

Objetividad/Subjetividad

Estamos en tiempos de pretendida racionalidad. Todos aspiramos a la objetividad, a racionalizar todas nuestras acciones, incluso pretendemos racionalizar lo irracional, justificarnos constantemente y, sobre todo, tener siempre la razón. A esa razón la llamamos visión objetiva de los hechos. Dijo un catedrático de mi facultad: no hay que juzgar la ideas por su procedencia sino por su contenido. Tiene toda la razón del mundo: no podemos rechazar una idea simplemente porque no nos gusta el color (fisico o ideológico) de la persona que la pronuncia: hay que dejar de ser unos crios y comenzar a ser eclecticos: a ser personas completas. Y de la misma forma que podemos llegar a este razonamiento, no debemos aplicarlo para juzgar actos. Los actos no son como las ideas: son movimientos empujados por miles de fuerzas/vectores/ideas. No podemos pretender juzgar a alguien con la simplicidad con la que se juzgaría una idea. El sistema legal y moral de nuestra sociedad juzga ideas, y por lo tanto olvida a los individuos. Todos dormiremos tranquilos porque hemos hecho lo correcto, tenemos la razón: hemos sido objetivos. Una idea es una fuerza, pero una persona es el conjunto de millones de ideas. Menuda necedad el pretenderlo. Ello es justicia? Todos alegan ser objetivos: es la gran meta del siglo. Lo pronuncian con orgullo. Que se jodan! dicen orgullosos, sabiuéndose guardianes de la verdad absoluta, de la objetividad. Nada más equivocado. Si queremos ser objetivos con los actos de una persona, con la realidad de una situación, debemos antes aprender a ser subjetivos, a analizar esa subjetividad desde todos los puntos de vista posibles. Si hiciesemos estos, seríamos justos, pero este es un proceso lento y dificultoso, demasiado empalagoso para un sistema administrativo como el nuestro. Hay que ser objetivos te repiten. Seamos racionales. Es que hay algo racional en nuestras vidas? El propio sentido de nuestra existencia es totalmente irracional: nuestras raices son irracionales; la existencia misma del estado es irracional. No importa, es más facil cerrar los ojos y ser objetivos. Seguir una ley, una pauta de comportamiento, un sentimiento de correción, una norma moral. Siempre que seguimos y nos negamos a ver estamos cayendo en la trampa del objetivismo. Debemos aprender a ver desde los ojos de aquel al que juzgamos, aprender a ver desde nuestros ojos, aprender a ver desde los ojos de la sociedad que lo contempla, aprender a verlo desde los ojos de las victimas... demasiados ojos para que la justicia sea ciega. Tal vez sea porque la justicia no soportaría mirar a los ojos de aquellos a los que condena? Ocultamos nuestras miradas bajo el velo de la objetividad porque no soportaríamos lo que inmplica ser subjetivos? De que tenemos miedo? A que cojones tememos? A ser humanos? A estar vivos? A ser producto de una incoherencia? El amor es incoherente, por eso lo tememos? Cuando dejaremos de escondernos? Cuando asumiremos nuestros limites? Cuando aprenderemos a mirar hacia delante? Tal vez nunca. Seguramente nunca. Seguiremos juzgando, seguiremos siendo objetivos, seguiremos dejando nuestros pensamientos en manos de una imagen, de unas leyes, de unas normas, de una tribu, de unos comportamientos, sociales o asociales. Es duro ser uno mismo.

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