El peso del silencio. Caso 1: el ascensor
Entras en un ascensor y te encuentras a la tipica persona que no desearías encontrarte. Es el tipo de personas que cuando la ves subir al ascensor prefieres bajar a pie. Bueno, esto es extrapolable a todas las personas que viven en las escalera excepto la vecina del cuarto.
El caso esque por falta de reflejos te ves compartiendo esos escasos metros cuadrados con esa persona. Deseando que pasen los pisos, evitando cualquier contacto visual.
El silencio pesa. Si. Es la mar de espeso, pero igualmente es mejor así, sin tener que simular el agrado por encontrarte con esa persona de forma tan casual.
Evidentemente, aunque tu aguantes, la otra persona no puede estarse callada: pasan dos pisos y enseguida hace un comentario. Un comentario estupido sobre el tiempo o sobre tus estudios, haciendo siempre referencia a a´lgún familiar suyo.
Son esos pequeños momentos en que odias a la raza humana. Porque no pueden soportar el silencio? Te gustaría un día hablar sobre lo mal que huelen sus perfumes, y sus puros, o la poca gracia que tienen al hablar, o hacer algún comentario sobre sus odiosos carraspeos...o simplemente tirarte un pedo para ver sus caras.
Pero te callas.
Aguantas aire y finalmente llegas a tu piso donde abres la puerta para salir corriendo sin mirar atrás.
Serán manías, pero a veces es tan agradable el silencio y la soledad...
El caso esque por falta de reflejos te ves compartiendo esos escasos metros cuadrados con esa persona. Deseando que pasen los pisos, evitando cualquier contacto visual.
El silencio pesa. Si. Es la mar de espeso, pero igualmente es mejor así, sin tener que simular el agrado por encontrarte con esa persona de forma tan casual.
Evidentemente, aunque tu aguantes, la otra persona no puede estarse callada: pasan dos pisos y enseguida hace un comentario. Un comentario estupido sobre el tiempo o sobre tus estudios, haciendo siempre referencia a a´lgún familiar suyo.
Son esos pequeños momentos en que odias a la raza humana. Porque no pueden soportar el silencio? Te gustaría un día hablar sobre lo mal que huelen sus perfumes, y sus puros, o la poca gracia que tienen al hablar, o hacer algún comentario sobre sus odiosos carraspeos...o simplemente tirarte un pedo para ver sus caras.
Pero te callas.
Aguantas aire y finalmente llegas a tu piso donde abres la puerta para salir corriendo sin mirar atrás.
Serán manías, pero a veces es tan agradable el silencio y la soledad...
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