Esperando la llamada de un angel.
Esperando la llamada de un ángel.
Sentado al borde de la ventana, el infinito sobre mi cabeza. En "Amélie" alguién me haría señales desde el otro lado de la ciudad, pero no alcanzo a ver destello alguno.
Bebo otro trago de calimotxo. Es el cuarto vaso en lo que ve de noche. Dentro de poco me costará moverme. La cerveza atonta mis reflejos, pero el calimotxo se convierte en cemento en mi estomago. Tras diez vasos me tengo que arrastrar por la sala.
Dejo la ventana para ir al sof{a. Cambio el sofá por el sillón. Cambio el sillón por la ventana.
Entra una chica. Va al baño. Al salir se agacha para avívar el fuego. Lleva un morboso tanga de hilo dental negro. Se va. Me arrastro hacía el sillón. Una vez me he hundido en él, cojo lobo estepario, de Herman Hesse. Leo una página, con dificultad. Cuando llevo 5 minutos releyendo la mísma frase de la página siguiente, decido dejarlo.
Cojo la Rollin Stone. me quedo un rato (mucho) mirando a Uma Thurman en la portada. Decido abrirla y me quedo sobre un reportaje sobre Iggy Pop. Me encanta. Cuando lo acabo de leer suelto la revista y me pongo a tararear the passenger.
Me arrastro hacía la ventana. Me bebo otra cerveza (ya he perdido la cuenta), entra un colega. Tío!!!! Tienes que anímarte!!! Bebe birra!!!
Se va. Me bebo otra. Hace una hora al menos que no abro la boca. Tengo la sensación de que el mundo es un lugar oscuro.
Se va la luz.
Vuelve la luz unos segundos despues.
Me arrastro hacía la mesa. Un paquete de tabaco, varios vasos semi vacíos de cerveza, y...un vaso de calimotxo xon hielo. Me quedo con ese. Cuando han pasado cinco minutos, se pierde la própiedad sobre una bebida.
Me quedo un rato sentado en la silla. Me arrastro seguidamente al sillón. Se está muy bién ahí hundido. Al cabo de un rato me molesta el fuego. Me arrastro hacía la ventana.
Empiezo a ahogarme.
Salgo al exterior. Me alejo de las luces y de la gente. No veo donde piso, simplemente me parece seguir un camino. Cada paso se hunde en el barro. Pchufff Pchufff Pchufff
Al cabo de un rato me encuentro con una linterna. Pots anar a ajudar a cotxe que s'ha encallat? Vale.
Sigo recto. Mis piernas se hunden en charcos que ahora llegan a la mitad de mi espinilla. El agua entra por mis botas.
Veo faros. Me acerco. Que ets l' Emili? NO, soy bajista de uno de los grupos. Ahhh, esque estava pixán.
Cuando mis ojos se acostumbran a la luz veo a una chica con un jersey rojo arreglandose el pantlón. Quin sustu, que vols? Vengo a ayudar con un coche que se ha quedado encallado. No et preocupis, ja ho hem arreglat. Et portem? No hace falta, ya vuelvo caminanado.
Me alejo por un camino que me haga evitar los charcos. Campo a través. Mis andares tienen menos gracía que los de un pinguíno artrítico. (c'mon!! Let s go to see the pinguins!).
Cuando vuelvo al camino los pantalones son de color marrón.
Vuelvo a entrar en la sala. Siento que la humedad empieza a calar sobre mis piernas.
Espero la llamada de un ángel. Palpo mi bolsillo. Al fín caigo en el hecho de que lo había prestado a un coelga. Resignado, me hundo en el sillón. Veo un vasi de cerveza, busco mejor y encuentro uno semi vacío de calimotxo. me lo bebo de un trago. Un poco del liquido se desliza por la comisura de mis labios para arrastrarse hacía mi camiseta.
Sentado al borde de la ventana, el infinito sobre mi cabeza. En "Amélie" alguién me haría señales desde el otro lado de la ciudad, pero no alcanzo a ver destello alguno.
Bebo otro trago de calimotxo. Es el cuarto vaso en lo que ve de noche. Dentro de poco me costará moverme. La cerveza atonta mis reflejos, pero el calimotxo se convierte en cemento en mi estomago. Tras diez vasos me tengo que arrastrar por la sala.
Dejo la ventana para ir al sof{a. Cambio el sofá por el sillón. Cambio el sillón por la ventana.
Entra una chica. Va al baño. Al salir se agacha para avívar el fuego. Lleva un morboso tanga de hilo dental negro. Se va. Me arrastro hacía el sillón. Una vez me he hundido en él, cojo lobo estepario, de Herman Hesse. Leo una página, con dificultad. Cuando llevo 5 minutos releyendo la mísma frase de la página siguiente, decido dejarlo.
Cojo la Rollin Stone. me quedo un rato (mucho) mirando a Uma Thurman en la portada. Decido abrirla y me quedo sobre un reportaje sobre Iggy Pop. Me encanta. Cuando lo acabo de leer suelto la revista y me pongo a tararear the passenger.
Me arrastro hacía la ventana. Me bebo otra cerveza (ya he perdido la cuenta), entra un colega. Tío!!!! Tienes que anímarte!!! Bebe birra!!!
Se va. Me bebo otra. Hace una hora al menos que no abro la boca. Tengo la sensación de que el mundo es un lugar oscuro.
Se va la luz.
Vuelve la luz unos segundos despues.
Me arrastro hacía la mesa. Un paquete de tabaco, varios vasos semi vacíos de cerveza, y...un vaso de calimotxo xon hielo. Me quedo con ese. Cuando han pasado cinco minutos, se pierde la própiedad sobre una bebida.
Me quedo un rato sentado en la silla. Me arrastro seguidamente al sillón. Se está muy bién ahí hundido. Al cabo de un rato me molesta el fuego. Me arrastro hacía la ventana.
Empiezo a ahogarme.
Salgo al exterior. Me alejo de las luces y de la gente. No veo donde piso, simplemente me parece seguir un camino. Cada paso se hunde en el barro. Pchufff Pchufff Pchufff
Al cabo de un rato me encuentro con una linterna. Pots anar a ajudar a cotxe que s'ha encallat? Vale.
Sigo recto. Mis piernas se hunden en charcos que ahora llegan a la mitad de mi espinilla. El agua entra por mis botas.
Veo faros. Me acerco. Que ets l' Emili? NO, soy bajista de uno de los grupos. Ahhh, esque estava pixán.
Cuando mis ojos se acostumbran a la luz veo a una chica con un jersey rojo arreglandose el pantlón. Quin sustu, que vols? Vengo a ayudar con un coche que se ha quedado encallado. No et preocupis, ja ho hem arreglat. Et portem? No hace falta, ya vuelvo caminanado.
Me alejo por un camino que me haga evitar los charcos. Campo a través. Mis andares tienen menos gracía que los de un pinguíno artrítico. (c'mon!! Let s go to see the pinguins!).
Cuando vuelvo al camino los pantalones son de color marrón.
Vuelvo a entrar en la sala. Siento que la humedad empieza a calar sobre mis piernas.
Espero la llamada de un ángel. Palpo mi bolsillo. Al fín caigo en el hecho de que lo había prestado a un coelga. Resignado, me hundo en el sillón. Veo un vasi de cerveza, busco mejor y encuentro uno semi vacío de calimotxo. me lo bebo de un trago. Un poco del liquido se desliza por la comisura de mis labios para arrastrarse hacía mi camiseta.
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