El chico del corazon de hojalata.
Supongo que muchos habreis visto algunas peliculas de Tim Burton. Y los mas freakies habreis leido su libro de poemas. Los mundos creados por este singular personaje me recuerdan a los de Raol Dahl, con un perverso toque a lo Lewis Carrol. Es como si cogiesemos un universo infantil y le dotasemos de un surrealismo mucho mas perverso de lo que aparenta. En mi opinion Burton podria definirse (a groso modo) como un misto de estas imaginerias. Acontinuacion un pequenyo relato sobre uno de estos personajes, que parecen ser de otro mundo, pero aun asi entran en el nuestro como si fuesen parte de nuestra realidad.
Se trata de una tarde de verano. En un campo polideportivo. Uno de esos campos tipicos norteamericanos, cubiertos de cesped, rodeados por una pista de carreras, con diferentes pistas marcadas. Era mediodia. Alli se reunian chicos y chicas. Las chicas solian estirarse sobre unas toallas. Los chicos solian tener una pelota entre sus manos. Las chicas se pintaban las nunyas, hablaban con su movil o mascaban chcilet. Los chicos jugaban con el balon. Las chicas lucian el mismo peinado, el mismo color de pintaunyas, el mismo modelo de movil, el mismo modelo de gafas de sol y los mismos pantalones extra-cortos de pijama/chandal con MICH-IGAN marcado en el trasero. Los chicos ivan con pantalones cortos y algunos no llevaban camiseta, luciendo bronceados y depulados torsos. El cielo estaba despejado. Ni un ave lo cruzaba. Ni un avion lo desgarraba. Ni una nube lo manchaba.
Entonces aparecio una pequenya figura que rompia con la harmonia del cuadro. Era un chico delgado y bajito, de piel palida y de cabello oscuro y despeinado. Su mirada estaba vacia, tan vacia como cuando la tristeza se hace con el brillo de los ojos. Eran grandes, estaban abiertos, y estaban muertos. La figura se acercaba al grupo con la intencion de cruzar la pista. Las chicas dejaron de reir y hablar, los chicos pararon el balon. La lenta y cabezona figura se acercaba cada vez mas. Todos empearon a chillarle. Porque conyo venia a arruinarles el dia? Era un mundo perfecto hasta que aparecio el. Una mancha que seria mejor borrar. Como nos gusta poder dormir con la consciencia tranquila, sabiendo que todo esta donde debe de estar. Ese alma desdichada siguio avanzando, siguiendo la invisible frontera que separaba chicos de chicas.
Cuando consiguo dejar al resto a sus espaldas, las risas y conversaciones se reanudaron. El bote del balon volvio a resonar, y precisamente un balon choco con la nuca del chico solitario. Este abrio lo ojos. Estos recuperaron la vida por un isntante. Su cabeza cayo hacia delante, seguido por todo su cuerpo. Plafff
Silencio.
Unos segundos durante los cuales el mundo quedo inmobilizado trasncurrieron antes de que el de que un chirriante sonido rasgase el silencio. La espaldas del chico comenzaba a abrirse con un crujido metalico. Luego los brazos, y la cabaeza, y las piernas... Y ya nada quedo en cuento acabo el chirriante sonido. Solo chatarra.
Y entre esa chatarra aun latia un corazon. Un corazon de hojalata.
"Pues tampoco era para tanto" se oyo decir al chico que lanzo el balon...
Se trata de una tarde de verano. En un campo polideportivo. Uno de esos campos tipicos norteamericanos, cubiertos de cesped, rodeados por una pista de carreras, con diferentes pistas marcadas. Era mediodia. Alli se reunian chicos y chicas. Las chicas solian estirarse sobre unas toallas. Los chicos solian tener una pelota entre sus manos. Las chicas se pintaban las nunyas, hablaban con su movil o mascaban chcilet. Los chicos jugaban con el balon. Las chicas lucian el mismo peinado, el mismo color de pintaunyas, el mismo modelo de movil, el mismo modelo de gafas de sol y los mismos pantalones extra-cortos de pijama/chandal con MICH-IGAN marcado en el trasero. Los chicos ivan con pantalones cortos y algunos no llevaban camiseta, luciendo bronceados y depulados torsos. El cielo estaba despejado. Ni un ave lo cruzaba. Ni un avion lo desgarraba. Ni una nube lo manchaba.
Entonces aparecio una pequenya figura que rompia con la harmonia del cuadro. Era un chico delgado y bajito, de piel palida y de cabello oscuro y despeinado. Su mirada estaba vacia, tan vacia como cuando la tristeza se hace con el brillo de los ojos. Eran grandes, estaban abiertos, y estaban muertos. La figura se acercaba al grupo con la intencion de cruzar la pista. Las chicas dejaron de reir y hablar, los chicos pararon el balon. La lenta y cabezona figura se acercaba cada vez mas. Todos empearon a chillarle. Porque conyo venia a arruinarles el dia? Era un mundo perfecto hasta que aparecio el. Una mancha que seria mejor borrar. Como nos gusta poder dormir con la consciencia tranquila, sabiendo que todo esta donde debe de estar. Ese alma desdichada siguio avanzando, siguiendo la invisible frontera que separaba chicos de chicas.
Cuando consiguo dejar al resto a sus espaldas, las risas y conversaciones se reanudaron. El bote del balon volvio a resonar, y precisamente un balon choco con la nuca del chico solitario. Este abrio lo ojos. Estos recuperaron la vida por un isntante. Su cabeza cayo hacia delante, seguido por todo su cuerpo. Plafff
Silencio.
Unos segundos durante los cuales el mundo quedo inmobilizado trasncurrieron antes de que el de que un chirriante sonido rasgase el silencio. La espaldas del chico comenzaba a abrirse con un crujido metalico. Luego los brazos, y la cabaeza, y las piernas... Y ya nada quedo en cuento acabo el chirriante sonido. Solo chatarra.
Y entre esa chatarra aun latia un corazon. Un corazon de hojalata.
"Pues tampoco era para tanto" se oyo decir al chico que lanzo el balon...
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