Minuto Macabro (numero especial)
Es un extraño caso el de Marc M; cierto día despertó sin saber quién era. Ese hecho no se debía a ningún acontecimiento en especial sino a la falta de estos. De la mísma manera que si uno repite una palabra hasta la saciedad esta pierde el significado, Marc M. había seguido durante tanto tiempo la mísma rutina que esta había llegado a carecer de significado. Por lo tanto se encontró de repente viviendo automáticamente una vida que ya no era suya sino un recorrido por el tiempo programado por alguien que en su origen era él mísmo. Se levantó, se duchó, se miró al espejo, se lavó los dientes, se vistió, desayunó, tomó un café, salió a trabajar, saludó a la vecina por el camino, bromeó con los compañeros de trabajo acerca de los resultados del partido del día anterior, hizo dos pausas para tomar un café, hizo una pausa para comer, volvió a hacer una pausa para otro café, plegó del despacho, se fue a un pub a beber con los compañeros, volvió a casa, se hizo la cena y volvió a dormirse. Y así una y otra vez. Cada vez que se miraba al espejo veía la mísma cara pálida, picada en las mejillas, nariz grande, un mechón rebelde atravesando su arrugada frente, unas orejas demasiado despegadas...unos ojos grises, son brillo alguno. Quién era esa persona? Marc M. no lo habría sabido decir. Era él? Obviamente, si ese reflejo formaba parte de su realidad tenía que ser él pero, y si no lo era? Y si no estaba viviendo su vida? Nunca lo supo, de la mísma manera que nunca supo cuando olvidó quién era. Y así siguó, sin saber quién era, una y otra vez hasta que, un día, su corazón dejó de latir.