Tic.... ¿Tac?
Dos horas antes he muerto. El sistema no reconoce mi codigo, la página no se abre. Las cuerdas vibran cuando las toco. Estamos todos metidos en un mismo agujero. El torbellino negro que cada mañana habita en los cereales que nunca preparo, porque me cuesta levantarme tem prano, prefiero vivir de noche. Y los cristales rotos también me molestan. Aunque me molesta más que se rompan mis uñas, dejándo al aire la carne viva, roja, fofa, debil... los huesos salen como gusanos de la tierra, es mi piel que se funde. El cielo es tan negro como el torbellino. Adios, dije de buena mañana. Buenas noches, le dije al día. Cuando acabará algo que hace dos horas que se acabó? El tiempo no existe, el alma no existe, ni tan siquiera el sexo existe. No existimos, no existo, no existes, ni siquiera tú, mi amor, existes. Sigue riéndo, sigue soñándo... tal vez sea lo más real que puedas hacer nunca.
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