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Spleen

C. W.

C. W. Un salto a la desesperada. Un salto a la desesperada para acabar tirado por los suelos ahogandome en mi própia sangre. De eso se trata.
Estar solo en el suelo. Ya nada importa. Levantar la vista y ver que no hay nadie que te ayude a levantarte. Y aún así seguir arrastrandote hacía aquello por lo que te has tirado. Cada movimiento es el crujir de un hueso. Las lagrimas se mezclan con la sangre derramada, y ese es el rastro que dejo, cuando a la salida del metro todo el mundo lo pisará sin preguntarse siquiera qué pobre diablo se ha descompuesto allí.
No sabría decir que me impulsó a ir. En el fondo ya sabía que acabaría mal, pero igualmente, mi alma masoquista me impulsó a seguir... a lanzarme a la desesperada a un salto imposible que tan solo me produciría dolor. Y la caída dolió. Dolío como pocas veces me ha dolido algo. El cuerpo es de piedra, pero el corazón está hecho de quebradizo cristal.
Y este se resquebraja con cada paso. Un corazón que amenaza con desaparecer cuando en polvo se haya convertido y el viento se lo lleve.
Cuando llego al hotal la soledad me saluda... Me tumbo en la cama. Tengo sed y lo que hago es beber por la piel, sientiendo como el agua penetra en cada una de mis heridas. Y las lagrimas se funden con el agua. Y la sangre se diluye con el agua. Y yo entero me fundo con el agua para desaparecer por el desague y olvidarme de todo.
Intento escribir con mis torpes dedos mientras estoy estirado. Todos y cada uno de mis huesos quiere dar su opinión, y las palpitantes heridas intentan callarlos reclamando mi atención.
Pero por encima de ellos, in dolor sale de mi interior, y mis lagrimas de bilis negra la que sirve de tinta para plasmarlo.
Cuando saco toda esa amargura, tan solo queda vacío. Y me tumbo, como un cadaver, sin ilusiones ni futuro. Sin motivación alguna. Sin deseo de volverme a levantar. Mi alma corre por los desagues de londres mientras mi corazón se perdió al vuelo por el espacio.
Aún así sigo aquí. Ya sé que nunca funcionaría, pero te quiero. Y seguiré queriendote. Y siempre estaré en alguna parte queriendote. El uníco mueble que le queda en la sala vacía de mi alma.
Definitivamente, estoy loco. Verdad?
Te quiero.

4 comentarios

Caronte -

Digamos que la llave es la solución para una de las facetas, para uno de los yos, pero no es suficiente para el resto. Siempre quedará una faceta cuya sed habrá que saciar.

Adri -

La llave la encontrarás buscándola, pero solo querrás buscarla cuando la necesites de verdad. Aun así, muy bien, Bravo, Bravo. :)

SALUDOS.

Caronte -

Muy necio sería por mi parte pretender saber que es lo que quiero. No somos uno, somos muchos, y cada uno de nosotros está formado por muchos más, y todos con deseos diferentes. El hombre tiene mil deseos, desea mil cosas. Hay contradicciones, deseos de los que avergonzarse, deseos que ocultar, pero aún así son deseos. Y eso es lo que quiero. Mil cosas, porque cada uno de mí mismo quiere algo distinto, y tira para mil lados diferentes al mismo tiempo haciendo peligrar la integridad de una pretendida alma "unitaria".
Eso es lo que quiero. Todo y nada. Amor y odio. Felicidad y desgracia. Opulencia y bohemia.
Tal vez no sea tan dificil, pero yo no encuentro la llave.

Adri -

No son larvas son mariposas, y espero qe seas capaz de verlas, y de no esconderte de ellas bajo esas sabanas de cobarde, o mejor, deberías replantearte qe qieres en realidad, qe desde aqui tio, no parece tan dificil.

SALUDOS.