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Spleen

Porque destruimos aquello que amamos? (o que creemos amar...)

Puede un alma destruirse poco a poco? Caerse a pedazos y no volver a ser la misma nunca más? Esa es una sesación que tengo últimamente, demasiado a menudo. Es como si nada pudiese volver a recuperarse. Ya sean los besos de un antiguo amor, las emociones de una practica primeriza, la seguridad ante una forma de vivir la vida, la seguridad ante una forma de actuar, de comportarse...
Es como si fuese un arquitecto que destruye su obra cada vez que esata cobra forma. Me da la sensación de que destruyo con una especie de regocijo masokista toda la estabilidad que consigo llegado a un punto de mi vida. Luego se trata de volver a empezar, con las mismas insegurisdades, con el mismo (o redoblado) esfuerzo...pero con menos ganas.
Ahora mismo me encuentro en un punto muerto. Me pregunto quien soy, que soy..porque cojones estoy aquí...y mis respuestas no són mucho más elaboradas que en mi infancia...cuando era niño me lo preguntaba mucho...que soy...que coño hago aquí? A quien le debo esta borma de mnal gusto llamada vida? Y Cuando le doy un sentido, yo mismo lo destruyo para encvontrarme otra vez frente a la misma pregunta, pero sin respuestas. Llegará tal vez un día en que mi imaginación no cionciba salida alguna y no tenga más remedio que enfrentarme a las preguntas...
Lo jodido del asunto esque soy consciente de que las respuestas llevan toda mi vida dentro de mí, pero no tengo agunte como para aceptarlas. Concebir esas respuestas significa negar cada uno de los motivos por los que sdigo en vida, significa negar mi ser hasta tal punto que las preguntas en sí dejan de tener sentido. Y mi cabeza da vueltas y vueltas alrededor de lo mismo. Inquieto me muevo de campo a campo, contruyendo vidas y personalidades para tal que patetico intento por cubrir con un velo tan inquietantes preguntas.
Son algo tan sencillo, tan basico para que todo funciones que no entiendo como las hemos podido obviar. Hemos contruido castillos de mentira, desarrollado preguntas distintas, a las que sí sabíamos contestar, para poder seguir una evolución virtual. Pero no, señores. No tenemos las respuestas a las preguntas que de verdad importan. Autoengaño...que dificil no caer en él. Y cuando te lo planteas un poco llegas a una espiral que destruye los más duros y profundos cimientos.
Y ahi estoy yoi, destruyendo la casa, cada vez, porque sé que hay algo que no funciones, pero en el fondo no me atrevo a destruir los cimientos, porque tengo miedo a pensar a donde sería capaz de lelvarme tal acción.
El miedo nos hace esclavos de la felicidad.

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