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Spleen

Bañado en sangre

Bañado en sangre Estoy perdido. No sabría decir donde me encuentro. Acaso me encuentro en algún lado? No sabría decirlo... no sabría decirlo... Y que sabría decir? Nada. No sabbría decir nada; mis ideas nadan confusas en mi batido de mente. Sangro, no dejo de sangrar. Me levanto mojado, miro hacía abajo...todo es sangre. Sangre por todas partes. Todo enrojece allí donde poso mis ojos. Más sangre. Más sangre. Noto raro mi mano derecha, me la acerco a la mirada. No está roja: está marrón; la ssangre ha coagulado en la mano, ha enegrecido en bajo mis uñas, se ha sacado sobre mi piel... Me mareo. Siento que las fuerzas me abandonan a medida que voy cobrando conscienza de la sangre que he perdido. Que ha posido pasar? Estoy soñando o es el sueño el que me ha hecho sangrar? Mi cuello, mi pecho, mi ropa, mis sabanas...todo sangre, todo rojo... Puedo describir su movimiento, escurriendose hacía el suelo... escapando de mí. Si la sangre es la vida...esta quiere alejarse de mí, abandonarme, vaciarme. Me mareo. Me fallan los brazos. Que coño pasa? No me puedo creer que esto sea real. No puedo. Es ilógico. Nadie sangra tanto sin motivo. Que ha pasado? Me llevo un brazo sobre la boca no hago más que lelnarlo de sangre, roja, espesa, con grumitos coagulados enganchados a su pegajosa sustancia. No es reciente. Algo ha pasado durante la noche. Que? Que coño ha pasado? Nado en mi própio baño de sangre. Quiero desaparecer con mis fuerzas, quiero irme junto al color de mi cara. Vivo una pesadilla. Que soy? Quién soy? porqué sangro? Porque me remuevo sobre mi própia vida. Que ha sido de mí? Estoy solo, abandonado por la gente y por mi cuerpo. Veo mi habitación, y en ella mis cosas. Mi ropa por los suelos, mis papeles esparcidos por la mesa, mis instrumentos, mi ordenador encendido, la tenue luz de la mañana entrando entre las rendijas de la persiana... pero no me veo a mí.. donde estoy? Donde estoy entre tanta sangre? Me arrastro sin fuerzas por la cama hasta caer en el suelo. Donde están mis piernas? Las veo. Porque no colaboran? Porque no puedo levantarme del suelo? Este se mancha. Caen sin parar de mi pecho espesas gotas de sangre. Estas caen perfectas en el suelo hasta que mi brazo las convierte en mis semejantes: rojas y amorfas manchas... Tengo miedo. Me entra el panico. Soy incapaz de pronunciar palabra. No quiero ver más sangre. Me arrastro como puedo, alejandome de mi cama, manchando el suelo de la habitación como testido de mis languidos movimientos. Mis nervios van a mil por hora pero el cuerpo no responde a la velocidad necesaria. Ni siquiera noto la gran baba sangrienta que empieza a deslizarse por mi cuello. Más sangre. Sangre en todas partes. Quién soy? Que hago aquí? Porque a mí? Porque es á mí a quién le pasan estas cosas? Escupo, lloro, balbuce, intento moverme...intento vanamente activar un cuerpo que parece dormido. Intento sacarme la ropa. La noto humeda sobre mi cuerpo. Me molesta. Me molesta saber que es mi sangre. Me aterra saberlo. Intento darme la vuelta impulsandome con mis brazos. Fracaso. Me golpeo el mentón con el suelo y junto a las lagrimas sale disparado un chorro que mancha la candida puerta. Me quedo tumbado un rato. No puedo más. No puedo más, no puedo más. Sangre por todas partes. Mi cara contra el suelo, y entre ellos más sangre. La sangre sale de mi boca y me entra por la nariz. Cierro los ojos antes de que entre sangre en ellos. No quiero seguir viendo. Siento humedecer el cuello con nuevos oleajes de sangre. Voy a morir, eso es lo único que pienso. La humedad de la camiseta empieza a extenderse hacía abajo. Estoy vestido de sangre. Necesito librarme de ella. Quiero arrancarme la piel a tiras para no seguir sintiendo esta humedad. Quiero gritar pero sólo consigo gemir. Donde estoy? No sabbría decirlo. Nadando en mi própia sangre. Sin abrir los ojos, coloco los brazos en posición de flexión y acumulo las pocas fuerzas que me quedan. Uno, dos, tres...empujo. Negro. Todo es negro cuando aterrizo de espaldas. Oígo el ruído de la sangre al caer. Cuanta hay ya? Cuanta? Parece como si estuviese chapoteando en un charco. Me cuesta barir los ojos. El techo antes blaco ahora está cubierto por un velo enrojecido, o són mis retinas las cubiertas por ese velo? No lo sé. No lo sé. No puedo pensar. No quiero pensar. No quiero saber. Extraño en mi cuerpo, extraño en mi habitación... estoy sólo... sólo... acompañado únicamente por el sonido de mis gimoteos y el incesante goteo de mi sangre. Mi sangre...cuanto tiempo más seguirá siendo mía? Alguna vez fue mia? Acerco mis manos al borde de la camiseta, la agarro, tiro de ella, cede un trozo y se para. Intento arquear la espalda para dejarla pasar. No lo consigo. Cedo; suelto la camiseta y esta cae pesada sobre mi pecho. Salpica gotitas de sangre que caen sobre mi vientre desnudo. Están frias. Un escalofrío me recorre todo el espinazo. Más lágrimas manan de mis ojos. Porqué? porqué a mí? Llevo mis manos a mis calzoncillos, tiro del elástico hacía abajo. tampoco puedo. No consigo arquear la cintura, no consigo mover las piernas. Me siento más debil. Desisto. Desisto. Ya no aguanto más. Esperaré a que la muerte venga a buscarme. Esperaré a sentir cómo la última gota de sangre escapa de mi cuerpo. No pasa demasiado hasta que empiezo a ver brillar puntituos de colores en el techo. No me he dado cuenta de que mis ojos han permanecido abiertos todo el rato. Ni siquiera me estoy dando cuenta de que mis brazos siguen moviendose. No los notos. Sólo noto brillar esas lucecitas. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seís, Siete, Ocho. Nueve. Diez segundos. Once... Doc.. No aguanto más. Intento girar la cabeza. Me duele mucho. Veo la mesa desde abajo. Ahora ya no es azulada, es gris. Cambio de lado. Duele más. La cama es gris. La sangre es gris. intento levantar mi cabeza para ver el rastro que he dejado... no puedo. No tengo fuerzas para levantar la cabeza. Los puntitos luminosos se hacen más grandes y se posan allá donde yo lo hago con mi mirada. Me cuesta respirar. Intento gritar. Ya no hay siquiera gemidos: sólo gorgojeos. A pesar de estar vacíando las reservas, de mis ojos siguen manando lagrimas. Quiero que exista un dios para que se apiade de mí y de mi alma. Quiero arrepentirme de tantas cosas... Ya no me pregunto nada. Estoy demasiado desesperado. Voy a morir, voy a morir... Cierro los ojos. Quiero arrancarme la piel. Coloco las manos en el borde levantado de la camiseta y los hombras en contacto con el suelo. Un último esfuerzo. La camiseta pesa mucho. cada vez gotea menos, pero sus gotas són cada vez más pesadas. Ya! Un impulso, un rapido movimiento. La camiseta se queda enrollada en mi cuello. Mi cabeza cae. Noto el dolor antes de haber caído. Mi cogote choca con el suelo. Me duele la naríz. Ahora... nada...nada...
Esto es todo? Esta es mi muerte? Dolor en los dientes y sangre escurriendose por mi nariz. Eso es todo? No puedo abrir los ojos. No puedo respirar. No puedo agitarme. No puedo hacer nada...nada.nada............nada.
Quién soy? Donde está dios?
No he podido arrepentirme. Me habría tenido que arrepentir? Porque habría tenido que hacerlo?
Donde estoy? Estoy perdido. Y si me despertase? Y si al hacerlo todo estuviese lleno de sangre. Me duele el labio. Mala señal. He dormido muy bien.
Sangre. Sangre. Sangre.

1 comentario

Caronte -

Demasiado gore... falta más realidad. Lo más destacable de la sangre es su sabor ferreo. Vivimos por la nariz.