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Spleen

Dale al mundo una razón para crucificarme

Lo correcto, lo incorrecto... que más da? Quién me dice lo que debo o no hacer? Nadie. Nadie tiene esos derechos. Tengo demasiados cadaveres en el armario como para preocuparme si alguien los tuviese. No soy superior a nadie, pero tampoco nadie es superior a mí. Somos la misma sangre, las mismas neuronas, las mismas fibras musculares, loas mismoas dientes, las mismas visceras... porqué debería ser inferior a superior a alguién? Y sin embargo nos pasamos la vida clasificandonos unos con respecto a otros. La gente necesita cruicificar. Y lo pero esque nosotros sangramos cuando nos crucifican. Siempre hay que acabar con alguien para que todo el mundo duerma tranquilo. Creamos demonios, los exorcizamos y nos vamos a dormir tranquilos. Lo que no vemos es que algo crece mientras tanto en nosotros. Que és? Es nuestra dependencia. Nuestra dependencia de un sistema que nos protege. No importamos nada. El podemos ser el diablo cuando nos despertemos: sólo hace falta que se necesite uno. Hay casos en que algunos se sienten graticficados por que se les crucifique, para así poder purgar sus pecados contra la sociedad. Todopoderosa sociedad, cada vez más omnipresente, cada vez más imprescindible. Y cuando se anulan las preguntas sobre ella misma es cuando el la sociedad llega a su fin. Es la lucra. La realidad se tuerce y se retuerce en ella misma, cruzificando a mil personas más. El camionero le dice a Dennis Hopper, eh tú! Cortate el pelo! Este le enseña el dedo anular y el camionero le paga un tiro. Es eso lo que queremos? Cruzificarles a todos para no tener miedo? Necesita alguien crucificarme por admisitr mi imperfección? Pues que lo hagan. Sólo necesitan inventarse una razón para convertirme en el mayor de los montruos. No soy el anticristo, soy un ejemplar patetico de humano degenerado. Ese es el diablo de nuestros tiempos. El miedo y rechazo al loser. Librandose de la ambiguedad a la que está sujeta nuestera compleja naturaleza humana, todo se resume a blanco o negro. Simple. Para que complicarse la vida al fin y al cabo? Si me quieres perder de vista sólo debes darle una razón al mundo para crucificarme. Te sentirás mejor, te lo aseguro.

1 comentario

Armanda -

El mundo en sí es tremendamente horrendo y hermoso, pero siempre, siempre, fascinante. Además, lo mejor es observarlo y no deformarlo de la manera que creamos adecuada: lo que está bien para ti no sabes si para otro va a estar mal; por lo menos en mi opinión.

Un asomo y un beso.