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Spleen

Cuando nos daba por pensar.

Hubo un tiempo en que la ciencia ficción no era un producto para el simple consumo de frikis mitómanos.
El entretenimiento de Verne sirvió de plataforma para que grandes pensadores hiciesen una exposición efectiva, camuflada e inteligente de sus opiniones a través de la especulación del futuro.
Si dejamos aparte al inclasificable Boris Vian y su genial obra de ciencia ficci{on surrealista títulada "que se mueran los feos", los autores que más han contribuído a este espírtu han sido George Orwell, Aldous Huxley, Isaac Asimov (con sus limites), Philip K. Dick, Ira Levin y un discutible Ray Bradbury.
El futuro deja de lado su vertiente naif para dar paso a una interpretación más oscura, reflejo de su realidad contemporanea. Grotescos espectros, sombras de realidades, fantasmas materializados.
El futuro es peligroso porque no pensamos en él. Se trata de algo mucho más complejo que cuatro gadjets que distraigan la atención de los entusiastas.
Los miedos del presente son las realidades del mañana. Sólo podemos evitarlos si realmente pensamos en ellos. Pero la gente no se ha acostumbrado a pensar. Se ha quedado, como siempre, con el envoltorio en vez de sacar su jugo al contenido.
Cualquiera de los autores citados mencionaron en su tiempo posibles realidades que han tomado forma en la actualidad. Eso sí, bajo formas más sutiles. Es triste que medio país no capte la ironía del Gran Hermano, y que la otra mitad no le vea el simil. !984 trata de sugestiones de una forma exagerada y grotesca. Nos hemos quedado con el envoltorio como diversión (un buen escenario para una pelicula) pero nos hemos olvidado de que somos esclavos de las sugestiones, exactamente como predijo Orwell.
Antes nos daba por pensar, ahora ya pasamos. Nos hemos abandonado a todas las sugestiones que noa han dado. Nos hemos convertido en esa masa que controla el Gran Hermano. Su ojo nos mira desde todas partes, pero hemos dejado de interpretar... O acaso las alegorías y las mitologías se interpretan literalmente?
Error trás error. Nos hundimos en obviedades ofuscando evidencias.
Y cuando aparezcan los replicantes, hemos de mirarles a los ojos y vernos reflejados.
Somos replicantes que aeptan su destino. Que harías tú de saber que tienes una fecha de caducidad? No intentarías acaso luchar por entender tu destino? Y eso es lo que la sociedad ha conseguido, convertir en monstruoso cualquier instinto natural que nos incite a preguntarnos cosas, que nos incite a comprender...
Da igual.
Es la era de los trekkies.
Cuando a los pensamientos les ocurre lo mismo que a la vida.
O como diría un Nexus 6 "todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la llúvia"

(gracias Marta) A través del espejo

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